top of page

FUTURO

A veces cuesta apreciar el futuro. Consideramos que es demasiado lejano para pensar en él y empezar a organizarlo, pero, a su vez, es suficientemente próximo para que nos perturbe en la distancia.


Nuestro presente nos condiciona el futuro, pero mientras tanto, en el futuro se siguen riendo de nosotros por preocuparnos por estupideces. Algo que no existe, que ni siquiera es un horizonte, nos influye en nuestras decisiones.


El futuro nunca será presente, por una sencilla razón: cada vez que damos un paso, el futuro se aleja dos. Pero cada vez que nos alarmamos por él, nuestro paso se va haciendo cada vez más pequeño.


No obstante, tenemos suerte. Todavía nos queda mucho presente para intentar mejorar y darnos cuenta que es el futuro quien debería tenernos miedo. Porque el “mañana” no podría existir sin nosotros, sin un “hoy”.




bottom of page