[Todo lo que soy, y espero ser, se lo debo a ella.
Gracias por ser mis ganas, mi alegría y mi esperanza]
Cada día que pasa te ves más fuerte,
los años vividos
son hermosas lecciones
que tú convertiste en canciones para dormir.
Tu coraza está llena de silencio
porque tú nunca hablas de más.
Tus temores no generan ruido
y los guardas encerrados en cajas de cristal.
Me enseñaste a observar el barranco
lo más cerca posible del precipicio
y nunca a odiarlo
por el daño que su caída te había hecho.
Te admiro como el bebé
que contempla su primer amanecer,
o como el anciano, que pese a todo,
siempre estará a tu lado.
Eres rica
porque estás llena de tajos dorados
y de cada herida
eres capaz de coser hermosas cicatrices.