[No queremos vivir el presente,
porque no queremos cargar con el ahora]
Una vez, una hoja estaba a punto de caerse,
y por su miedo a lo que tenía bajo sus pies,
se cogía muy fuerte al resto del árbol
consiguiendo así que todo cayese con ella.
Pese a su delgada figura,
su desesperación la anclaba tan fuerte al suelo,
que no podía retomar su vida
y vivió condenada
a mirar la lujuria de las otras,
en la lejanía.
Esto mismo pasa con la gente.
Tenemos miedo a caer solos
y obligamos a los demás
a hacerlo con nosotros.
Hacemos que escriban
su propia carta de suicidio
aun sin comprobar
si de verdad estaban viviendo,
o solo era un sueño.
Cuando de verdad se dan cuenta
que así es la vida,
se lamentan de malgastar su tiempo
y de no haber vivido más y más y más y...